Jägermeister no resolverá todos los problemas, pero puede inspirar una solución creativa. El legendario licor de hierbas ya no es solo una bebida festiva para cazadores, sino el patrocinador de premios musicales y fiestas urbanas, además de marcar tendencias.

Utilizamos elementos visuales como núcleo de la colaboración. La conocida etiqueta con un ciervo con una cruz brillante entre sus astas es una referencia a la leyenda de San Huberto, patrón de los cazadores. Decidimos reinventarla sustituyendo el ciervo por un tigre, el símbolo de nuestro grupo creativo, y el nombre por Tigermeister. El contenido sigue siendo el mismo: una receta de 56 ingredientes creada en la ciudad de Wolfenbüttel, cuyo solo nombre suena a alcohol en vaso de chupito.

Lanzamos un total de 500 botellas, una colección tan reducida que la gente empezó a coleccionarlas. 300 botellas de Tigermeister se consumieron en Nochevieja y 200 más, las dejamos para la Navidad ortodoxa que se celebra en enero.